27 Dic Cuánto cuesta reformar una casa vieja
¿Cuánto cuesta reformar una casa vieja? Esta es una pregunta que se hacen cada vez más personas, porque, poco a poco, somos conscientes del gran valor sentimental y económico que puede tener una vivienda que lleva ya varias décadas en pie. Eso sí, para poder disfrutar al máximo de ella, debemos adaptarla a las tendencias actuales y hacer que sea mucho más funcional con respecto a las necesidades que las personas tenemos hoy en día.
Por eso, para sacarle todo el partido posible, el secreto es hacer una buena reforma. Veamos qué hay que tener en cuenta para llevarla a cabo y qué coste aproximado puede tener.
Motivos para reformar una casa vieja
Una vivienda antigua puede llegar a tus manos a través de una herencia. De hecho, esto suele ser lo más habitual, pero también es posible que haya salido de ti adquirirla, porque la has visto y te has “enamorado” de ella.
Las casas viejas suelen tener un precio de adquisición más bajo que aquellas que están más nuevas, o ya han pasado por una reforma, por lo que pueden llegar a ser una buena inversión. Con independencia de la forma en la que la vivienda haya pasado a ser de tu propiedad, hay importantes motivos para que abordes su reforma:
Para disfrutar de ella
Sin lugar a dudas, si vas a vivir en ella de forma permanente, o la vas a convertir en tu segunda residencia, necesitas que tu casa se ajuste a tus gustos y tus necesidades. En este caso, tendrás que hacer una reforma totalmente personalizada, que dé lugar a una vivienda práctica y bonita.
Para ponerla en el mercado
Es posible que estés pensando en vender esa casa antigua o en ponerla en alquiler. En ambos casos, vas a obtener más ingresos por ella si antes de ponerla en el mercado le haces una buena reforma.
Qué tener en cuenta al reformar una casa vieja
En una vivienda con varias décadas de historia a sus espaldas nos podemos encontrar de todo, desde viejas vigas de madera en mal estado hasta un sótano sin ventanas al que no se le ha sacado nunca partido. Precisamente por ello, lo que buscamos con la reforma es que esa casa vuelva a la “vida” y se convierta en una casa práctica y funcional.
Paredes y tejado
Antes de empezar a pensar en la decoración, hay que ir a lo esencial. Unas paredes o un tejado en mal estado no solo afean la estética de la vivienda, sino que suponen un riesgo para la seguridad, porque la humedad que penetra a través de ellos puede hacer estragos en las vigas y los cimientos.
Por tanto, una de las primeras labores a realizar es arreglar las paredes exteriores y el tejado. Después, hay que trabajar con las paredes interiores y los techos de las diferentes estancias.
Carpintería exterior
La carpintería exterior de las casas viejas suele estar bastante dañada, dando lugar a numerosos puntos de fuga de la temperatura interior y a humedades. Por eso, a la vez que reformamos las paredes, podemos aprovechar para ir cambiando la carpintería.
En este punto, podemos incluso ampliar el espacio de las ventanas (siempre que la normativa lo permita) o de las puertas, ya que estamos realizando trabajos de albañilería en las paredes.
Instalaciones
Un factor muy importante a tener en cuenta al reformar una casa antigua es el estado de las instalaciones de fontanería y de electricidad. Aprovechando esas obras de albañilería que estamos llevando a cabo, es buen momento para cambiar tanto el sistema de fontanería como el de electricidad.
En este caso habrá que hacer rozas, instalar nuevos cajetines, etc. Por lo que resulta interesante abordar estas tareas desde un primer momento. Lógicamente, para abordar este tema de instalaciones tiene que haber un proyecto definido para saber donde irán situados sanitarios, griferías, electrodomésticos. y al menos un previo estudio de iluminación teniendo en cuenta la distribución del mobiliario de cada estancia.
Revestimientos y suelos
Una vez realizadas las instalaciones, cambiada la carpintería y hechos los arreglos básicos en paredes y techos, es momento de llevar a cabo el rebozado y enyesado de todas las superficies, para conseguir que queden parejas. Cuando este trabajo esté terminado, se puede comenzar con la instalación de los nuevos suelos.
Carpintería y ebanistería
Al llegar a este punto, la casa ya es algo totalmente renovado, y ahora hay que ir añadiendo elementos que harán de ella un verdadero hogar. Por ejemplo, instalando las puertas interiores, construyendo una nueva escalera o rehabilitando la que ya existe, revistiendo los armarios, etc.
Equipamientos y decoración
En última instancia se añaden los equipamientos básicos como los muebles de cocina o los sanitarios en el baño, y arranca la labor de decoración. Es entonces cuando puedes pensar en la pintura, en cómo decorar una buhardilla o qué tipo de muebles poner en la habitación de invitados.
¿Cuánto cuesta?
Para una reforma integral, el presupuesto puede oscilar entre los 800 y los 1000 euros por metro cuadrado.
Esto incluiría labores de demolición, desescombro, reconstrucción, nuevas instalaciones de fontanería y electricidad, etc. En total, la reforma de una vivienda de unos 120 metros cuadrados puede oscilar entre los 90.000 y los 120.000 euros, dependiendo del tipo de cambios que haya que acometer y de los materiales elegidos.
Además, hay que tener en cuenta que para llevar a cabo una reforma se requiere una licencia municipal que, en estos casos, suele ser una licencia de obra mayor. Para obtenerla, necesitamos un proyecto elaborado por un arquitecto y pagar las correspondientes tasas al ayuntamiento; estos costes también hay que sumarlos al presupuesto.
En cualquier caso, es recomendable no apurar mucho el presupuesto disponible. Es importante dejar una parte del mismo para hacer frente a imprevistos, que siempre suelen surgir en obras de esta envergadura.
Por otro lado, nada nos obliga a hacer toda la obra de una vez. Si nuestro presupuesto es más ajustado, podemos ir haciendo los cambios poco a poco, empezando por lo más esencial, como el trabajo en paredes y tejado, y el cambio de las instalaciones de fontanería y electricidad. Aunque desde mi experiencia, esta forma de realizar la obra saldrá más caro a la larga. Por ejemplo, en caso de ser una casa destinada a turismo, lo ideal es hacerlo todo a la vez, ya que cuanto antes inaugures, antes el negocio estará en marcha y comenzarás a facturar.
Al final, lo importante no es cuánto cuesta reformar una casa vieja, sino el resultado que vamos a lograr. Una vivienda totalmente renovada que convertiremos en nuestro hogar, o que se convertirá en una interesante fuente de ingresos si la ponemos en el mercado.
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